Una violación no siempre es violenta
Cuando la gente piensa en una violación, a menudo se imaginan un callejón oscuro en el que una mujer grita mientras un hombre la tira al piso para forzarla a tener relaciones sexuales. Pero la verdad es que hay muchas más violaciones que ocurren todos los días que suceden silenciosamente, donde la mujer no grita ni el hombre la tira al piso. De hecho, la mayoría de estas mujeres ni siquiera se dan cuenta de que han sido violadas a pesar de que estaban conscientes todo el tiempo. Puede que incluso lo hayan disfrutado hasta cierto punto.
Perdí mi virginidad con un tipo que sólo había conocido por trés semanas. Nuestra relación comenzó demasiado rápido y progresó demasiado rápido. Después de haber herido sus sentimientos (y luego disculparse profusamente porque no me había dado cuenta de lo que había hecho y me sentí horrible al respecto), él decidió herirme, así que mientras nos besamos en el sofá y las cosas se calientaban más, él no paró hasta que tuvimos sexo.
Él sabía que no quería tener sexo hasta el matrimonio. Era algo que ya habíamos discutido. Y aunque yo estaba consciente de lo que estaba sucediendo, yo estúpidamente confiaba en él, pensando que él me respetaría y pararía en algún momento. Y por eso, no dije nada y sólo dejé pasara. Y pasó.
Lloré cuando se marchó. Nunca me había sentido tan sucia en toda mi vida. Y desearía poder decirles que fué un incidente aislado, pero unos años después me pasó exactamente lo mismo con otra persona, fue así como me enfrenté con una situación similar. Esta véz, no me quede callada. Y dije que no. No puedo decirte cuántas veces le dije que no, pero él siguió empujandandome y presionandome de una manera suave,sútil y juguetonamente hasta que accedí y dejé que sucediera. Y una vez más, me sentí sucia y usada.
Todavía me cuesta admitir que fui violada. Seguro, no fue un suceso violento y por supuesto, yo pude haber hecho más para detenerlo, pero cuando estaba en el momento, me sentí indefensa, atrapada por un deseo desesperado de complacer a mi novio y un miedo intenso de lo que pasaría si dijera que no. ¿Acaso se enojaría conmigo? ¿terminaría conmigo? ¿Me dejaría de amar?
A pesar de haber vivido estos sucesos, me considero afortunada. Salí de ambas relaciones con sólo unas cuantas cicatrices. Pero algunas mujeres se encuentran atrapadas durante años en este tipo de relación abusiva donde no saben cómo salir, y no saben que pueden decir que no, e incluso si lo hacen, saben que su “no” no tiene poder. Algunas mujeres también se casan con estos hombres y tienen hijos con ellos.
Pero nadie dice nada, porque inevitablemente si estas mujeres están siendo violadas, se presentarían, hablarían, se saldrían de estas relaciones abusivas. Pero cuando las mujeres no están dispuestas a ponerse la etiqueta de “violación” que es precisamente lo que está sucediendo, ¿cómo pueden decir algo o escapar?
Una violación es sexo no consensual en diferentes tipos de contextos. Si una mujer no dice nada, es un “no.” Si una mujer dijo previamente que no quiere tener sexo, eso es un “no.” Si una mujer dijo “sí” en el momento pero después ya no está diciendo nada, eso es un “no”. Si una mujer dice “no” de una manera lúdica o burlona, sigue siendo un “no.”
A menos que una mujer diga “sí”, es un “no.”
Sólo por el hecho que la mujer no haya gritado no significa que no haya sido violada, porque la violación no siempre es violenta. A veces, incluso con mucha frecuencia, sucede en el contexto de una relación entre un hombre manipulador y una mujer confiada. El consentir a una situación o suceso es algo nunca debe ser asumido.